que
dormita navegando la otredad
tiene
el rostro pétreo
por
el bestial peso del pequeño
que
impone sobre los hombros
la
carga insoportable
del
posible futuro fracasado
cuando
los ojos enrojecidos
y
el cuerpo dolorido y pesado
no
hayan sido suficientes
para
salvar el mañana del pequeño
para
sacarlo de este calabozo
de
hombres que persiguen la alegría
noche
a noche
en
tabernas donde flota
el
tufo del extravió
y
las risas de la vida naufragada
el
hombre aprieta el niño contra sí
con
tal vigor
que
no sé si intenta fundirlo a sí mismo
ocultarlo
dentro de sí
o
si acaso busca asfixiar al pequeño
procurándole
un atajo
para
que no tenga que pasar por tanta cara triste
para
que no tenga que morar en tanta cosa
muerta
como
él.
José Miguel Casado (Carácter de Urgencia)